Cómo trabajar la Arcilla Polimérica

¿Qué es la arcilla polimérica?

La arcilla polimérica es una pasta moldeable de PVC. Es de plástico y se le puede dar forma y remodelar prácticamente todas las veces que queramos (mientras permanezca «cruda»).

Puesto que se endurece al hornearla, no es aconsejable guardarla cerca de fuentes de calor o donde le de la luz directamente.

Aunque con el tiempo puede llegar a endurecerse, podemos utilizar diferentes ablandadores para poder recuperar su maleabilidad inicial.

Cómo trabajar la arcilla polimérica

Aunque cuando empiezas en el “universo de la arcilla polimérica” empiezas por lo básico (generalmente modelando a mano y luego horneando), existen muchas diferentes formas de trabajar la arcilla polimérica en función del tipo de proyecto que quieras realizar.

Pero, empezaremos por lo fundamental para dar los primeros pasos sin errores. Pero antes, un consejo previo: dedicarle tiempo. Nadie puede esperar realizar algo bonito y único en tres minutos. Trabajar la arcilla es un proceso meticuloso, necesitas tu espacio, concentración y evitar distracciones…y ¡practicar! Y, teniendo esto en cuenta, lo demás resulta más sencillo.

Estos son algunas recomendaciones que debes tener en cuenta a la hora de trabajar con arcilla polimérica:

  • Siempre hay que utilizar la arcilla con las manos y superficie de trabajo bien limpia: sin restos ni partículas de ningún otro material o tejido, porque la arcilla “lo atrapa todo” (pelusas, polvo, restos en uñas… todo). Hay que extremar estas precauciones cuando se trata de arcilla blanca (o colores muy claros) porque el riesgo de que se ensucie, es aún mayor. Las mejores opciones para limpiar la superficie de trabajo son el alcohol de quemar con una bayeta de microfibra o toallitas de bebé (en general, las toallitas son lo más efectivo y lo más cómodo, aunque lo menos ecológico, así que utilízalas “con talento»).
  • En cuanto a la superficie de trabajo, es recomendable utilizar un cristal o un azulejo, en definitiva, una superficie lisa y no porosa para que la arcilla no coja ninguna textura y no se pegue a dicha superficie.
  • Acondicionamiento de la arcilla: una vez hemos desempaquetado la arcilla, hay que acondicionarla para poder trabajar con ella más fácilmente y que para que tenga mayor resistencia, así cuando la horneemos no se quebrará. Acondicionar la arcilla implica dejarla en un estado maleable pero consistente, que quede blanda pero sin que sea excesivo (evitando que quede con textura de chicle salvo que ese sea el fin para la técnica que vayamos a utilizar). Podemos acondicionar la arcilla con nuestras propias manos para que coja temperatura o con una “laminadora” (o máquina de pasta), lo que resultará más efectivo y cómodo según la técnica que vayamos a utilizar.
  • Aunque es inevitable guiarse por el color de la arcilla “cruda” a la hora de elegir la paleta de colores para una determinada pieza, es aconsejable conocer como se comporta el color una vez la arcilla ha sido horneada, porque a veces, éste cambia (sobre todo si se trata de arcillas translúcidas, con mica…). Por lo que es muy recomendable tener una carta de colores de arcilla ya horneada, para saber cómo se comportará el color una vez horneada la pieza.
  • Como sabemos, la arcilla polimérica poco tiene que ver con la arcilla tradicional parecida al barro. Casi se asimila más a la plastilina que a la arcilla corriente. Pero la principal diferencia es que conseguimos endurecerla al hornearla. Dado que la principal característica de la arcilla polimérica es, precisamente, ésta (que puede cocerse), conviene tener en cuenta que el proceso de horneado es uno de los más importantes cuando estamos trabajando con la arcilla polimérica. Estas son algunas recomendaciones:
    • En cuanto al horno, se puede utilizar el horno de la cocina de casa. Pero es aconsejable contar con un horno específico para hornear la arcilla si se van a realizar piezas de manera frecuente. Así evitamos que el horno de casa “se contamine”. Si la arcilla cuece a la temperatura adecuada, no desprende materiales tóxicos (si se hornea a temperaturas superiores a lo recomendado esto sí sucederá, debido a los componentes plásticos y PVC de la propia arcilla). Pero a pesar de no ser tóxica, deja restos en las paredes del horno que es mejor no mezclar con los alimentos.
    • Cada marca de arcilla tiene una temperatura de cocción, por lo que aunque podemos mezclar colores y arcillas de diferentes marcas y modelos, hay que tener en cuenta que puedan hornearse en el mismo rango de temperatura o la pieza se quebrará o quemará durante el proceso de cocción en el horno. Por ejemplo, la arcilla de las marcas Premo y Cernit tienen una temperatura de horno muy similar, por lo que podemos utilizarlas conjuntamente si es necesario porque su proceso en el horno será similar. Sin embargo, Cernit y Fimo cuecen y endurecen a temperaturas diferentes, por lo que no es conveniente mezclar ambas marcas en una misma pieza cuando la arcilla está aún blanda.
    • La temperatura de horneado oscila según la marca y conviene siempre seguir las instrucciones del fabricante y controlar la temperatura del horno con un termómetro para que se mantenga constante. El tiempo de la pieza en el horno puede oscilar según el tamaño y grosor de la pieza, pero lo habitual son entre 20 o 30 minutos de horno a esta temperatura:
      • Fimo: 110º
      • Cernit: 130º
      • Premo: 130º
      • Kato: 150º
    • Si horneamos por debajo de la temperatura aconsejada, la pieza quedará frágil y se romperá con facilidad. Si horneamos por encima de la temperatura recomendada, la arcilla puede quemarse e incluso desprender gases nocivos para la salud. Por ello es recomendable utilizar un termómetro de horno para controlar la temperatura. También es aconsejable hornear las piezas sobre una pequeña pieza de cristal o azulejo que resista la temperatura del horno.
    • Es recomendable dejar enfriar las piezas en el horno. Ese momento desde que termina el horneado hasta que se enfrían las piezas, es el momento de mayor fragilidad de las mismas. Si queremos acelerar el proceso de enfriado, podemos colocar las piezas con cuidado debajo del grifo de agua fría. Así se enfriarán y endurecerán con mayor rapidez. Pero lo más aconsejable sigue siendo dejarlas enfriar en el propio horno. Cuando la pieza ha enfriado fuera del horno y se ha endurecido queda sólida y “casi” irrompible. Evidentemente si ejercemos sobre ella una gran fuerza o la tratamos con cuidado se romperá, pero en circunstancias normales es firme y no se romperá fácilmente.
    • Una vez que la pieza ya ha sido horneada a su temperatura correcta, podemos volver a meterla al horno (a esa misma temperatura) tantas veces como sea necesario para acabar nuestro proyecto. Ni se quemará ni se quebrará (si la primera cocción ha sido correcta).
  • La arcilla polimérica ya cocida se puede lijar, pulir, barnizar, taladrar, pegar a otras piezas de arcilla, pintar… Es un material totalmente versátil y gracias a esto permite numerosas formas de acabado, que dependerá de la técnica que queramos utilizar en cada proyecto.